Prisionera de un estado ajeno a la realidad, me sumerjo en los adentros de unas páginas con cientos de relatos vacíos y sin sentido, fiel intérprete de mi alma que vaga, insiste y me arrastra al limbo hasta vomitar. La rutina de estar en todos lados y a la vez no, porque ya no sé adónde ir, me he encerrado en la habitación obligándome a dormir para no seguir pensando, la verdad es que a veces entiendo todo y a veces absolutamente nada. Dormir para alejarme del ruido, dormir deseando despertar y que todo sea más coherente. Dormir o salir a caminar como opción a mi insomnio, quizás el aire podría salvarme del ruido. Intentaré mezclarme entre la realidad para existir por un momento hasta encontrar la libertad, despegar de mi perspectiva y meterme en otra para que el mundo se vea diferente. El camino debe reparar toda la mierda y sanar para poder evolucionar, como lo hizo Dante al cruzar el infierno para llegar al paraíso. No será fácil, -al menos- no para mí. Puedo mezclarme en el ...
si no sabes adonde vas, cualquier camino sirve