"Tendrás que
perder cientos de partidas antes de convertirte en un buen jugador" José
Capablanca
Despertar, y un día menos para un cumpleaños que no me representa. Mi alma se niega a envejecer, aunque el frío de la madrugada y el calor de un hogar traigan la nostalgia del pasado que siempre abrazo con intensidad. El tiempo trajo aprendizaje y con él, el castigo de perder la capacidad de asombro y, de sorpresa. Estar atenta, siempre un paso más adelante como en un juego de estrategia, que coloca sobre el tablero tus sueños, emociones y proyectos, moviéndose como si fueran peones, alfiles y reinas en una interminable partida de ajedrez.
Tengo miedo de las
decisiones que estoy a punto de tomar, las que me llevaran a otros lugares, porque,
aunque el jugador siempre aspire a ganar las partidas, es inevitable que
también pierda alguna. Me pasé la vida gritando por grandeza, que no puedo no estar
preparada para recibir más que eso. Debo esforzarme el doble, encontrar el
mejor movimiento, concentrarme en la amenaza, recuperarme del error, establecer
prioridades y finalmente ganar la partida. Otros dirán que es masoquismo, yo
digo que, cuando pides grandeza debes estar a la altura para recibirla.
"El táctico debe saber lo que hacer cuando hay algo que hacer; el
estratega debe saber qué hacer cuando no hay nada que hacer” Savielly
Tartakower.
El encanto de seguir creciendo y no solo de edad, sino con todo lo bello y espantoso que nos trae, celebrar las victorias pero, analizar las partidas perdidas para mantenerme coherente y terrenal, porque, al fin y al cabo,
....una vez terminado
el juego, el rey y el peón vuelven a la misma caja.