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Mostrando las entradas de junio, 2022

ESOS DÍAS

“Cuando nos invade la pena, un día dura tanto como tres otoños. ”  Lê Thanh Tông   Ella sabía que era feliz, lo sabía y se sentía triste. Ni siquiera las gotas frías de la ducha alcanzaron para alejar tanto cansancio acumulado en su mente y bajo sus párpados. Sus entrañas le mandaban la felicidad a través de sus nervios y su cara estaba indemne. Tristeza y felicidad convivían en su sólo cuerpo. Se miraba en el espejo y solo recibía la peor versión de la tristeza a través de unos ojos irritados de tanto llorar sin lágrimas. Una mirada de lástima recorre cada uno de los huecos de agotamiento tratando de recordar la causa, mientras el café se enfría y queda olvidado sobre la mesa junto a las aspirinas. La televisión encendida, en silencio y las persianas bajas. Duele el sol, duele el aire, duele la vida. Esos días.

ABSTRACTO

Lo que no entiende el mundo es que para algunas personas el amor –a veces- se convierte en una barrera infranqueable y que no se trata de un capricho, ni tampoco de maldad, es simplemente un recurso para no sentirse vulnerables. Se establecen relaciones simultáneas por el mismo miedo que se tiene a ser abandonado y las relaciones se vuelven una montaña rusa de emociones con subidas y bajadas constantes. Ahora, imaginemos que ésta persona -que huye del mundo constantemente- fría y adormecida como una piedra en el fondo del mar, encontró su lugar.  Una taza humeante, con el mensaje grabado de «hoy todo irá bien», la espera sobre la mesa de luz. Ella está absorta en sus pensamientos, que divagan adormilados entre recuerdos de la noche anterior, caliente y desbocada. Envuelta en una sábana recorre la habitación juntando restos de su vestuario, el cabello revuelto cayendo sobre su rostro; y unas gotas de perfume perdidas en el escote, lo ve pasar, a él, dejando atrás la puerta del pasillo p

INMARCESIBLE

Era ella apoyada en el marco de la ventana mirando sus macetas, con su taza de té y su outfit linyera. Era ella leyendo una y otra vez aquel libro descolorido que tanto le gustaba. Era ella bailando con sus manos al son de la luz que se filtraba por los huecos de la puerta. Era ella con su lienzo y su pincel, dejando todo para después, amando el instante, llenándolo todo. y ella mirando al mundo por encima de los techos con los ojos cansados de llorar en la penumbra sintiendo el frío de las distancias. Era ella jugando a soltar, porque estaba completa. Era ella en baños de espuma y canciones de los sesentas. Era ella inventando recetas, reteniendo instantes y olvidándolo todo en una siesta. Era ella y ya no está conmigo, se fue hace un tiempo a dormir, grotesca como los gigantes de las cuevas. te despierto, te rescato, desolada hoy junio. Y adonde florecerás sin mí?

FALSA NIEVE

Apenas despunta el amanecer. Se escucha el primer trinar de pájaros y, a lo lejos, los sonidos incipientes de una ciudad que despierta. El aroma a café impregna la casa. Una taza humeante y el cabello revuelto en sintonía de una gran bufanda. Un último sorbo y me dirijo al mundo. La blanca helada hacía contraluz sobre todas mis pisadas. A veces blanca, a veces gris, a veces frágil entre espacios de silencio luminosos, formaba copos microscópicos inquietos amasados por el viento en la ligereza del vacío. Descendía sobre mis manos cubiertas de lana, con toda su luz y su insólita brevedad. No era nieve, era un glacial de ternura evaporada que respiraba, una blancura traslúcida que solo podía ser obra de la magia.