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RUIDOS

 

Prisionera de un estado ajeno a la realidad, me sumerjo en los adentros de unas páginas con cientos de relatos vacíos y sin sentido, fiel intérprete de mi alma que vaga, insiste y me arrastra al limbo hasta vomitar. La rutina de estar en todos lados y a la vez no, porque ya no sé adónde ir, me he encerrado en la habitación obligándome a dormir para no seguir pensando, la verdad es que a veces entiendo todo y a veces absolutamente nada.
Dormir para alejarme del ruido, dormir deseando despertar y que todo sea más coherente.
Dormir o salir a caminar como opción a mi insomnio, quizás el aire podría salvarme del ruido. Intentaré mezclarme entre la realidad para existir por un momento hasta encontrar la libertad, despegar de mi perspectiva y meterme en otra para que el mundo se vea diferente. El camino debe reparar toda la mierda y sanar para poder evolucionar, como lo hizo Dante al cruzar el infierno para llegar al paraíso. No será fácil, -al menos- no para mí.
Puedo mezclarme en el contexto y jugar a alejarme de lo que me importa pero si el ruido no se detiene dudo que la mente y el alma lleguen a un acuerdo de paz.
No te puedo mentir (más) pero puedo prometer nada acerca del futuro, trato de decir que quiero vivir el ahora pero solo si lo puedo compartir contigo. Alejarte solo causa más ruido y yo soy la que se rompe a pesar de no ser tu dueña, ni de nadie, ni de nada más creo –incluso- que tampoco dueña de mí.
Solo callando el ruido viviré, ojalá lo puedas entender.