
ÉL -Vos sos una mina libre, impredecible y misteriosa. Y fugaz. Como toda estrella. Bueno, todas no, solo las estrellas fugaces.
YO -Bueno, en realidad no son estrellas, sino pedacitos de materia, que cuando entran en la atmósfera se vuelven incandescentes y se desintegran. O sea que para vos no soy más que un momento. Un segundo. Nada.
ÉL –Un segundo único y valioso. Por eso me importa nuestra amistad, porque se que de esa manera siempre vas a estar. No me gustaría perderte.
Bueno, él me habla así y yo me derrito (o me desintegro, ponele). Fuck you! pero quedate en España chabonnn hasta que te mueras de viejo! En fin, no entiendo a los hombres, y me duele la cabeza cuando lo intento. Asi que mejor me quedo sola y con mi título de “estrella fugaz” (que viene del verbo fugacear). Porque se fugacean ¿entendés? Bueno… No se que tenía que ver… Hoy estoy un poco dispersa… Debe ser por el calor… Porque no se si se dieron cuenta que hace un calor de recagarse.