
A veces pienso: no es que yo sea la rara es que la gente es poco original a veces. A todos nos duelen las mismas cosas, pero pocos saben canalizarlo provechosamente.
El sábado cuando crucé por la placita estaba la misma banda del otro día tocando la misma canción y me entré a reír porque no me ibas a creer cuando te lo contara. También había en un puestito, un bloc de hojas de carpeta rayada, amarillenta por el tiempo, de la misma marca de mi cuaderno de reflexiones pero ese tenía basquetbolistas en la tapa.
Las ganas desbordadas de ser el paisaje, los libros, el sol y todo eso increíble que me hace reír. Mi corazón parece fuerte, se sonroja, se zambulle, me pongo a pensar y desconfío un poco de tanta felicidad.
La autodestrucción es natural, eso lo tengo bien claro. Pero adoramos lo antinatural boicotboicotboicott! jajajajaja nos gusta todo lo que cause dolor de cabeza y de páncreas..
Tal vez la inmensidad si se posa en mi pero apenas lo noto como un cosquilleo en las mejillas, como cuando estas con fiebre pero no.
Como cuando escuchamos conversaciones ajenas en el colectivo que nos causan gracia, como cuando me decís que fue la mejor idea del día juntarnos a no hacer nada. Y todo se transforma en eso, en la inmensidad.
Caminar solamente, reír solamente, porque es lo que nos hace falta hoy.
Esa inmensidad es más de lo que entendemos, es más de lo que podemos imaginar..