Recuerdo una vez -hace mil millones de años- fui joven, estaba leyendo 'Elogio de la sombra' en el descanso de mi primera universidad y se me acercó un profesor a preguntar a quien leía, y a lo que charla va y charla viene, me dijo -Borges está sobrevalorado, la gente lo lee por moda-. Y quizás por ignorancia o mi corta edad, o no se que, dejé de hacerlo, si me lo dice un profesor de la universidad, debe ser así -pensé-. Un tiempo después y gracias a un amigo me uní a un grupo de lectores muy adictos, empecé con clásicos de la literatura inglesa, los románticos, los realistas, los modernos y los latinoamericanos. Pero nunca volví a Borges.
Un día me llega de un diario muy conocido un libro de él, pero habían pasado muchos años desde aquella vez. Era una colección de varios libros, llegaban a casa una vez por semana y no había excusa para arrepentimientos, pues ya les había hecho espacio en mi humilde biblioteca. Era como ver su alma en cada página y... nos amigamos.
Con el tiempo entendí el consejo de aquel profesor: Habrá pensado como algo tan maravilloso estaba en manos de cualquiera -ese cualquiera era yo-. Porque quizás lo único que esté sobre el valor de alguna cosa, es la pretensión del ser humano en donde sea que lo ubique la vida, algo vano y temporal, cómo el churrero de la playa a las cinco de la tarde, en pleno verano.
Un buen profesor hubiera aconsejado: Leé por moda, leé con o sin ideología, leé con fe y sin fe en Dios, leé recostada bebiendo un malbec, leé esperando el bondi a las diez de la noche con dos grados bajo cero, leé en todos los idiomas y hasta en braille, pero leé que en definitiva, el valor lo pone uno mismo.
O como diría Borges -que sabía muy poquito de literatura- "uno llega a ser grande por lo que lee y no por lo que escribe"
Hoy cumpliría 117 años 🎂
Foto: by Caio Goldin
si no sabes adonde vas, cualquier camino sirve