No sé si les pasa lo mismo, pero la mayor parte de las horas que dura mi día me pregunto porque mierda sigo acá. No acá en el blog, sino acá en la tierra misma, respirando el mismo aire que el negro de mierda hincha de boca, pistero y peronista de acá a la vuelta. Ok, lo admito, no hubo grandes cambios en mi vida en estos días, o no hubo cambios. Sigo trabajando en el mismo lugar, sin ascenso, ni descenso, ni aumentos, ni descuentos. Todo igual, todo igual. Y como si todo en mi vida se tratara de un chiste de mal gusto, acá te cuento otro: Se vienen los días lindos. Siiiiii, que alegría iupiiiiii (sarcasmo). Si, AHORA que soy un cerdo! y nada, calculo que los cuatro kilos que me desabrochan el botón se irán rápidamente antes de que no me quede otra que abandonar este saco de pana gris, para ponerme esas remeritas que tanto me gustan pero que por el momento se quedan donde están. En el viejo baúl de los recuerdos. Recuerdan que les había comentado que antes de cumplir los 80 años tenía ...
si no sabes adonde vas, cualquier camino sirve