El caos de estar despierta, convencida de que no, no nací para dormir. Otro privilegio para pocos, menos para mí. La diferencia inherente entre dormir y soñar, ser y estar. Intacta. Soy de las que cuando puede, quiere y tiene es tan profundo que me teletransporto, me desintegro para siempre un rato. Los sueños no se pueden diseñar pero ya me conocen –soy obsesiva- y me encontré en esa fiesta tan elitista, vistiendo nada con un antifaz, observándolo todo desde dos agujeros como perspectiva, oyendo mi respiración, oliendo la nada y bebiendo de mi copa medio vacía entre desconocidos que bailaban y reían mientras la cámara se movía muy lentamente. Mis uñas tocaban el cristal al son de alguna tonada como esperando, con el presentimiento de que algo extraordinario iba a pasar. Poco a poco esa inquietud se fue transformando en nervios, prisa y calma, como si los latidos que por momentos me delataban, que por momentos me hacían dudar de si sigo viva, y toda esa alegría contenida pront...
si no sabes adonde vas, cualquier camino sirve