Como suspendida en el aire, en un
momento cualquiera pero consciente de mi existencia, mi mente comenzó a buscar
a gran velocidad entre las escasas imágenes que conformaban el archivo visual
de mi memoria, una especie de historial de vivencias marcadas todas con un mismo
significado que terminaba confirmando, pero en este año que se termina surgió
un imprevisto: por primera vez sentí en carne y hueso que mi vida era prestada,
que un movimiento en falso bastaba para que ya no pudiera estar y abrazarla.
Intento recordar los motivos por lo que llegué hasta aquí con mi
vida, de irme a vivir a Italia y del Etna trayéndome de vuelta, de intentar
suicidarme a que me salvara el hombre de mi vida para que naciera Ella. De aquella
carrera que no terminé y que me llevó a otra para afianzarme con fuerza y
experiencia durante casi 20 años. De armar y desarmar valijas. De emprender. De
perder. De Encontrarme. De llorar mares y reír cielos. De despedir a mi abuelo.
De aceptar su ausencia. De no poder caminar, a que me atornillen los huesos. De
no encontrar mi lugar en el mundo. De seguir apostando. De amarme. Curarme.
Si un imprevisto se embutió en mi
mente y me trajo hasta aquí, entonces ¿Por qué enojarse por los fracasos o
lamentarse por ellos?, ¿Qué sentido tiene aferrarse a aquello que
pensamos que es lo mejor para nosotros? ¿Quién asegura qué es lo mejor para
nosotros? Es preguntarse ¿Por qué no a mí? En vez de ¿Por qué a mí? Debo
aprender de los imprevistos y ser más sensata, despreocuparme y dejarme llevar por la mano
providente que siempre termina conduciéndome al origen de los mejores momentos
de mi vida.
Pero supongo que siendo pasado mañana un
nuevo año, esto ya no importará. Porque, cuando despierte cambiará el
calendario anual y como una especie de sortilegio por fin habré llenado ese
rincón de mi mente que he mantenido archivado durante tanto tiempo. Ese hueco
tan cercano al lugar donde se dividen las sensaciones, donde seguirán intactas
todas las vivencias y quien sabe cuándo se abrirán nuevamente al público para recordarme
que a pesar de todo y a pesar de mí, la vida sigue siendo emocionante.
Que tengan todos, un buen año.
¡cheers!