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CAPÍTULO MIL: EL MONSTRUO

 

No se asusten si escribo muy seguido, o si.

Últimamente vengo escuchando tantas historias sobre mí que, no se si escribir un libro o pedir consejos sobre como llevar adelante el día siguiente ya que, todos saben que hago y qué haré, todos, menos yo.

Harta, cansada, asqueada de tanta imaginación y yo -como dama de pocas palabras- callar con asco. El que calla no siempre otorga, amiguitos.

Y se viene el final de temporada, y al parecer los personajes no sorprenden y todo sigue igual, hasta la intriga.

Nos preguntábamos entre todos si esto es tan así o soy yo que con un ojo duermo y con el otro organizo mis cajones mentales. Supongo que, algo me estoy perdiendo, o todo, no se. Llegan los mensajes y salen los mensajes, llegan los mensajes y salen los mensajes, sí, señores habemus conexión, pero no. NO. NO. Algo no debo estar haciendo bien, algún botón estoy apretando mal en esta calculadora de sueños que me confunde y me hace detestar todo lo que quiero. 

Cansada de pensar antes de actuar, de los caprichos externos, de la gente vaivén, de aprender del maestro para luego ser boicoteada. Que debo hacer? A donde ir? Basta.

De regreso al refugio.

Río y bebo, mientras celebro el titulo otorgado: monstruo.

Mis saludos cordiales.

¡Salud!