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VEINTICUATRO DEL CINCO


Es cierto, 
tenías razón.
Me hubiese gustado contártelo porque solo vos sabés a qué profundidad el óvulo más maduro se liberó del ovario para crearme, porque supongo que eres lo más parecido a la certeza que tuve a un día de estar viva.

cuántas veces en mis treintaypico repetí esa frase mientras dormía
acercándome como una polilla de la luz y alejándome con esa –mía- capacidad de moverme como una ficha de colores hacia la casilla de salida
y salir
sin tirar nada.


Sabes,
No pasamos por la vida sin dejar huella, lo otro es un slogan.

Pero a oscuras he visto cumplirse lo que decías
partida tras partida


Te pido perdón si mi memoria está arañada,
Pero recuerdo tu sonrisa, el sonido de tus carcajadas…
Tu cara ruborizada. El ímpetu remolinezco imposible de vencer.

Perdón, otra vez mi memoria arañada… o dormida.
hoy me pregunto de dónde se obtiene tantas fuerzas para los revés del destino, para tener la caradurez de consolar y seguir adelante, para buscar cada día nuevos retos y mantenerse fuerte. Inmensa

Memoria arañada,
Aprendiste a llevar las riendas, aprendiste a nadar mientras te arrojaban lanzas y, mientras alentabas a tus nietos a ser mejores.

Mi memoria arañada… porque no recuerdo hacer la tarea o pasear de la mano juntas… memoria dormida, o marchita
sin embargo, tu valor, sabiduría, decisión e ímpetu han sido para mí cimientos y el mejor ejemplo para no desmoronarme ante la adversidad.

Qué memoria la mía, no tengo imagen de mis trenzas en tus manos, 
pero no olvido tu energía, tu historia completa con diálogos y color de escenas.

Siempre tuviste razón,  
pero ya estoy grande para curarme con dosis de inocencia y pedir tres deseos antes de dormir.

las cosas de plástico se rompen
las de cristal se rompen
las de tela se rompen
la memoria se rompe,


pero queda la huella.
esencia,
y el nombre que me representa,

Gladys